Es una corriente de la cumbia argentina cuyas bandas y cantantes abordan frecuentemente en sus letras temáticas relacionadas al sexo, las drogas, el alcohol, la delincuencia, etc. Tanto los seguidores como los músicos de la cumbia villera suelen provenir de todas tipo de clases del Gran Buenos Aires. La cumbia desde hace décadas que existía en Argentina, y suele etiquetarse según la región de donde provenga, existiendo por ejemplo la cumbia santafesina, la cumbia norteña, etc. Las letras de la cumbia argentina siempre fueron mayormente románticas o referidas a la vida cotidiana pero nunca usando lenguaje vulgar o conteniendo un mensaje contestatario. La corriente de la cumbia villera nació a fines de la década del '90 en Argentina con algunas canciones de la banda Amar Azul, para luego crecer en popularidad con Flor de Piedra (producida por Pablo Lescano, por ese entonces alejado de Amar Azul). Muchas veces suele confundirse, diciendo que la banda Guachin (1998) fue la primera en el genero de Cumbia Villera, debido que, apesar de contar con una base musical muy parecida a Flor de Piedra, nunca fue rotulada como tal, ni tampoco sus letras reflejaban la esencia del genero de "Cumbia Villera". En los años 2000 logró un éxito comercial masivo y surgieron una gran cantidad de bandas nuevas, entre ellas dos consideradas las bandas insignia del movimiento: Damas Gratis (en la cual canta Pablo Lescano) y Pibes Chorros. También surgieron otras bandas que alcanzaron gran popularidad como Yerba Brava, Mala Fama, Meta Guacha, Re Piola, Los Gedientos del Rock, Altos Cumbieros y Supermerk2.
Con la cumbia villera nació la tribu urbana (o subcultura) de los cumbieros, los cuales son fanáticos de las bandas de la corriente y tienen un lenguaje y vestimenta callejeros, donde la vestimenta tiene cierta similitud con la de los raperos y en algunos casos con la de los rolingas. Cabe aclarar que con el término "cumbiero" también se denomina a cualquier oyente o fanático de cumbia más allá de pertenecer o no a la subcultura mencionada.
La corriente comenzó a percibir un declive hacia el año 2004 debido a que los productores musicales y las compañías discográficas comenzaron a censurar a las bandas por las fuertes críticas recibidas. De esta manera las canciones con letras más crudas dejaron de ser difundidas y la propia industria musical comenzó a producir bandas y cantantes (los cuales eran formados a través de castings) más comerciales con canciones cuyas temáticas estaban más alejadas de la violencia marginal. Cabe destacar que las nuevas bandas y cantantes no solían escribir sus letras, de manera que eran los productores quienes las inventaban y en muchos casos simplemente recurrían a hacer covers. De esa manera las bandas de cumbia villera se volcaron a hacer canciones menos agresivas o bien se disolvieron. También se dieron casos de bandas (como Pibes Chorros o Yerba Brava) donde los productores reemplazaron a los antiguos músicos por oponerse a los cambios o proyectar una imagen negativa, y en su lugar colocaron a otros, manteniendo el mismo nombre de banda.
El calificativo de "villera" se refiere (tanto en femenino como en masculino) a los habitantes o a cualquier cosa (en éste caso un estilo de cumbia) que provenga de las villas miseria (denominación que reciben en el país los asentamientos informales conformados en su gran mayoría por viviendas precarias) y también a las personas de clase lumpen en general, ya que, en sus comienzos, la mayoría del público y los propios músicos de ésta corriente eran habitantes de distintas villas del Gran Buenos Aires. Si bien el calificativo es usado en forma peyorativa por aquellos que pertenecen a otras clases sociales, ha sido apropiado por los habitantes de las villas quienes lo utilizan como distintivo de pertenencia y hasta orgullo barrial, pero sólo cuando es usado por un miembro del grupo social.
Máxima popularidad en Argentina
En la década de 1990, ciertos sectores de la clase media y alta comenzaron a consumir cumbia villera, probablemente entendida como una forma de transgresión mínima y divertida, sin implicar ninguna identificación con el grupo social villero, y sin dejar de consumir otras formas de cultura popular como rock y pop, argentinos o extranjeros. A partir del año 2000, cuando la crisis económica hizo eclosión, el género se popularizó grandemente, y ciertos sectores de la clase media y clase alta lo adoptaron como favorito, aunque dichos sectores continúen sin identificarse y aún sin aceptar el grupo social villero.
acá.. un enganchado de cumbia villera.. ♫♪♪ (de la buena)
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